Entrevista a Raúl Sanz Jodar

Raúl Sanz Jodar es una de las promesas de la literatura fantástica actual.

He tenido la suerte de que me concediera esta entrevista que, espero, todos los amantes del géneros disfrutéis profundamente.

Un placer tenerte en este espacio, Raúl.

En el mundo del escritor de fantasía muchos escogen entre basar los engranajes de su historia en la realidad, inspirarse en el universo de otros autores para crear el propio, o arrancarlo de cero. Tú decides crear tu propio universo. Cuéntanos cómo surge la idea de escribir La luz del ocaso. ¿Cuáles son tus influencias?

Desde muy pequeño he sido un gran fan de la fantasía y la ciencia ficción, y por ello mi escritura viene muy marcada por la figura del héroe. Mis influencias vienen de los videojuegos como The legend of Zelda o Kingdom Hearts, donde el personaje no tiene miedo a sacrificar su vida con tal de salvar a sus seres queridos. Las historias de la Tierra Media fueron también un gran punto de inflexión, sin embargo, quería alejarme de esa fantasía más clásica y evitar el uso de elfos y otras razas.

La idea del héroe se vio reforzada cuando comencé a leer cómics de DC y ver películas de Marvel. De este mundo también me fascinaba la idea de un universo compartido, algo que ya había estado leyendo con Isaac Asimov. Sin embargo, no imaginaba que se podía plasmar bien en la literatura hasta que llegaron los libros del Cosmere, de Brandon Sanderson a mis manos.

Podría decirse que el Cosmere junto las novelas de Patrick Rothfuss fueron las influencias más grandes en La luz del ocaso. Eran historias con sistemas de magia dura, donde la ciencia parecía desdibujarse con esta, y que encima se alejaban de los estándares clásicos de la fantasía. Si las historias que trataba de escribir anteriormente no cuajaban, a partir de este momento tuve claro cómo iba a ser mi propio universo.

Según vamos leyendo, parece que el miedo a decepcionar de Eric vaya a servir de arranque a la aventura, pero pronto descubrimos que sucede justo al contrario: Eric quiere hacer las cosas de otra manera. Háblanos un poco sobre él, su vida y sus ideales.

Cuando comencé a diseñar el personaje de Eric yo estaba cursando el bachillerato. Fue una época de bombardeo constante en la que nos preparaban para la selectividad y nos instaban a conseguir la máxima nota para alcanzar la nota de corte y entrar en la universidad. En cierto modo, trasladé esa presión en Eric.

Sus padres son personas muy reconocidas en todo el reino de Bardea, y aunque ellos no lo hacían con mala intención, pusieron unas expectativas en Eric que le generaron ese miedo a decepcionar. A eso hay que sumarle que la sociedad en la que viven está estratificada; si no eres noble, para alcanzar cierto estatuto de privilegios debes buscar otros medios como convertirte en caballero, záminer o tratar de ganar dinero con un negocio.

Esto último es lo que hizo que Eric comenzara a replantearse la sociedad en la que viven. Quiere cambiarla, y para ello decide hacerlo desde dentro del sistema, tomando una hoja de ruta diferente para demostrar que se puede salir de esta.

No solo Eric lucha activamente por frenar las anomalías que está sufriendo el mundo, hay otros grupos que saben lo que ocurre… ¿Consideras que los bandos de tu novela están bien definidos o La luz del ocaso tira un tanto a gris en lo que a buenos y malos se refiere?

Dicen que cada villano es el héroe de su propia historia, a mí me gusta pensar que es así. Creo que la vida es demasiado compleja como para clasificar a las personas únicamente en buenas o malas. En La luz del ocaso, los protagonistas considero que son grises, pues sus actos no siempre son bien vistos por la sociedad, ni siempre actúan siguiendo una luz pura.

Con los antagonistas sucede algo parecido, la diferencia es que mientras un grupo de ellos sí puede ser más gris, entra en juego las fuerzas superiores que podrían definirse como malas propiamente dichas.

Podría decirse que existen bandos en la novela, pero si te fijas bien en ellos no son tan homogéneos.

¿De dónde sale el tarunismo? ¿En qué te inspiraste para diseñar la filosofía de Bardea?

El tarunismo nació tratando de encajar el sistema de magia de la zamínia. Sabía que quería utilizar los elementos de la naturaleza básicos y quería darle a la magia un lugar propio en el universo. Esto me llevó a la mitología griega, en la que consideraban al Éter como la esencia pura de los dioses. A partir de aquí fue como construí mi pequeño panteón de dioses creadores, que surgieron de los dioses primigenios tras su confrontación.

También me inspiré para diseñar esta filosofía en el Godai, los “cinco elementos” de la filosofía japonesa. Me gusta mucho el anime, y sabía que en algún momento iba a querer introducir esta cultura en Idesha y otros mundos, por lo que aproveché estas similitudes para construir una religión que pudiera asemejarse a otras. De este modo, el tarunismo es mitología pero también tiene algo de verdad.

Elyss es mi favorita: el agente del caos en esa extraña relación que tienen Eric y ella. ¿Nos desvelas algún detalle sobre ella?

Elyss es un personaje que va a ir tomando cada vez más relevancia, pues puedo adelantar que no es un zamin normal como el resto. Ella nació a la par que Eric, pero durante los años que no estuvo internada en él su memoria e interacción con el plano físico eran muy inestables. En la novela hay pistas de lo que va a poder llegar a hacer, será en la secuela cuando se comience a comprender mejor la magnitud de sus habilidades y de ese pasado difuso. Me gustaría revelar más, pero entonces no habría giros de guion.

El final, bueno, a muchos nos dejó con ganas de más porque tu historia es el comienzo de una saga. ¿Sabes ya en cuántos libros repartirás las aventuras de Eric, Elyss y el resto?

Al principio de la entrevista mencionaba la idea de un universo compartido, yo lo llamo el Aezara. Por el momento mi plan es repartir las aventuras de Eric y Elyss en dos historias más protagonizadas por ellos. El conflicto que estoy construyendo abarca su planeta, Idesha, así que contando las historias en las que ellos no participan o lo hacen junto a otros protagonistas tengo planeadas siete contando La luz del ocaso. 

Háblanos sobre ti. ¿Cuándo comenzaste a escribir?

Mis primeros pasos en la escritura más allá del colegio, es decir, con la intención de construir una historia medianamente grande se remontan a los doce años más o menos. Recuerdo en aquella época estar muy influenciado por Memorias de Idhún, hasta el punto de que después de un par de capítulos me di cuenta de que estaba escribiendo una versión de esta.

Una de las cosas que siempre me ha preocupado es la originalidad. No ser capaz de escribir una historia nueva que me gustara a mi y que supiera que iba a gustar al resto me causó muchos quebraderos de cabeza. Recuerdo haber desechado novelas de casi cien páginas por esta razón, cada una de ellas iba perfilando a la anterior hasta que di con La luz del ocaso. De hecho, el primer guion que hice de esta novela estaba dividido en dos partes, y la versión que conocéis de La luz del ocaso es tan solo una versión mejorada y extendida de este primer guion.

¿Qué cambios ha sufrido tu idea del mundo literario tras la publicación de tu novela? ¿Cómo ha sido la experiencia? ¿Se cumplieron las expectativas?

Creo que mi percepción del mundo literario ha ido cambiando más a lo largo de los años que después de la publicación. Uno comienza con una visión más inocente del sector, hasta que poco a poco vas viendo los claroscuros de este. Creo que, en cierto modo, con la edad también me he desenamorado un poco del concepto de publicar una novela y me he dado cuenta de que es un producto de tu marca personal. Precisamente por esto mis expectativas no eran demasiado altas.

Te das cuenta de que el marketing es crucial, al igual que los contactos correctos en el momento oportuno. Quizá también me he topado con esto por haber autopublicado en vez de haber probado con la edición tradicional. También creo que he recorrido un camino bonito y duro a la vez en el que tú eres el encargado de encontrar a las personas adecuadas que te ayuden a sacar el máximo brillo a tu novela. También así he podido conocer a maravillosas personas que me han mostrado lo mejor del sector y me han ayudado a prevenirme de lo peor.

¿Qué nos traerá Raúl Sanz en el futuro? ¿Estás trabajando en algo?

Actualmente estoy trabajando en una novela que transcurre después de La luz del ocaso. La localización sigue siendo Bardea, aunque estoy explorando la provincia de Véstera con otros protagonistas. Por el momento no puedo revelar el nombre, me refiero a ella como Proyecto Alquimia, pero sí podéis encontrar en mi perfil de Instagram de Entre teclas y tinta más información sobre su protagonista, Eimara. Además, mi idea es poder publicarla a finales de este año para así en 2025 trabajar en la secuela de La luz del ocaso, que cronológicamente se solapará con algunas partes de Proyecto Alquimia.

¿Te gustaría comentar algo que no haya preguntado?

Me gustaría hablar sobre la posibilidad de escribir otros géneros. La fantasía es mi zona de confort, y casi dentro de ella podría incluirse la ciencia ficción. Son dos géneros grandes de por sí, sin embargo, me gustaría poder llegar a explorar algo más realista como la novela negra. Una de las técnicas que me gustaría probar es la de mezclar géneros, tales como la fantasía con la novela negra para practicar. También me interesaría escribir algo sobre sucesos paranormales, pues es un tema que siempre ha disparado mi creatividad.

Muchas gracias por prestarte a esta entrevista, Raúl, espero que la primera de muchas.

Estaremos pendientes de tus novedades.

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